Once minutos / Eleven Minutes

Once minutos / Eleven Minutes

by Paulo Coelho
Once minutos / Eleven Minutes

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by Paulo Coelho

eBookSpanish-language Edition (Spanish-language Edition)

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Overview

María es de un pueblo al norte de Brasil. Todavía adolescente, Viaja a Río de Janeiro, donde conoce a un empresario que le ofrece Un buen trabajo en Ginebra. Allí, Maria sueña con encontrar Fama y fortuna, pero acabará ejerciendo la prostitución. El aprendizaje que extraerá de sus duras experiencias modificará para siempre su actitud ante sí misma y ante la vida. Once minutos es una novela que explora la naturaleza del sexo y del amor, la intensa y difícil relación entre cuerpo y alma, y cómo alcanzar la perfecta unión entre ambos. Once minutos ofrece al lector una experiencia inigualable de lectura y reflexión.

Product Details

BN ID: 2940000227312
Publisher: Sant Jordi Asociados
Publication date: 05/08/2012
Sold by: Sant Jordi Asociados Agencia
Format: eBook
Sales rank: 787,250
File size: 529 KB
Language: Spanish

About the Author

About The Author
Paulo Coelho ha llevado una vida extrema. La rebeldía definió su juventud. Fue hippie. Escribió las letras de conocidas canciones para algunas de las más famosas estrellas brasileñas de música pop como Elis Regina y Raul Seixas entre otras, y trabajó como periodista.

En 1986, Paulo Coelho recorrió el Camino de Santiago, el antiguo peregrinaje español. Más tarde describiría su experiencia en El peregrinaje, publicado en 1987. Al año siguiente, con su segundo libro El Alquimista consolidó su fama internacional. El libro es un auténtico fenómeno.

Otros títulos incluyen Brida, Las Valquirias, Maktub-una recopilación de su columna cotidiana-A orillas del río Piedra me senté y lloré, La quinta montaña, El manual del guerrero de la luz, Verónica decide morir, y El demonio y la señorita Prym. Su más reciente novela, Once minutos, es un sonoro éxito en todos los países donde, a la fecha, ha sido publicado.

Durante diez años los diversos títulos de Coelho han ocupado los primeros lugares de las listas de bestsellers en todo el mundo. Ha sido nombrado el segundo autor más vendido alrededor del orbe por la revista francesa Lire (marzo 1999), una nominación basada en la información las listas de bestsellers de prominentes medios. La crítica ha elogiado especialmente su estilo poético, realista, y filosófico así como el lenguaje simbólico que no le habla a nuestra mente sino a nuestro corazón.

Además de libros, escribe una columna semanal que se distribuye por todo el mundo para importantes organizaciones. Es el fundador de Instituto Paulo Coelho, que ofrece apoyo y oportunidades para los menos favorecidos miembros de la sociedad brasileña, niños y ancianos en particular. Fue nombrado asesor especial del programa de la UNESCO "Convergencias espirituales y diálogos interculturales" y recientemente fue nombrado miembro de la junta de la Fundación Schwab para entrepreneurship sociales. Fue el primer autor no musulmán invitado para un intercambio de ideas a Irán desde la Revolución Islámica de 1979.

El 25 de julio de 2002, Paulo Coelho se convirtió en miembro de la prestigiosa Academia de las Letras Brasileña (ABL). La academia fue fundada hace 104 años, y el cuerpo, sus 40 miembros hacen las reglas sobre cómo se escribe y habla el portugués.

Hometown:

Rio de Janeiro, Brazil

Date of Birth:

August 24, 1947

Place of Birth:

Rio de Janeiro, Brazil

Education:

Left law school in second year

Read an Excerpt

Once minutos

El capítulo Uno

Érase una vez una prostituta llamada Maria.

Un momento. «Érase una vez» es la mejor manera de comenzar una historia para niños, mientras que «prostituta» es una palabra propia del mundo de los adultos. ¿Cómo puedo escribir un libro con esta aparente contradicción inicial? Pero, en fin, como en cada momento de nuestras vidas tenemos un pie en el cuento de hadas y otro en el abismo, vamos a mantener este comienzo:

Érase una vez una prostituta llamada Maria.

Como todas las prostitutas, había nacido virgen e inocente, y durante su adolescencia había soñado con encontrar al hombre de su vida (rico, guapo, inteligente), casarse (vestida de novia), tener dos hijos (que serían famosos cuando creciesen) y vivir en una bonita casa (con vistas al mar). Su padre era vendedor ambulante, su madre costurera, su ciudad en el interior del Brasil tenía un solo cine, una discoteca, una sucursal bancaria, por eso Maria no dejaba de esperar el día en que su príncipe encantado llegaría sin avisar, arrebataría su corazón, y par-tiría con él a conquistar el mundo.

Mientras el príncipe encantado no aparecía, lo que le quedaba era soñar. Se enamoró por primera vez a los once años, mientras iba a pie desde su casa hasta la escuela primaria local. El primer día de clase descubrió que no estaba sola en su trayecto: junto a ella caminaba un chico que vivía en el vecindario y que asistía a clases en el mismo horario. Nunca intercambiaron ni una sola palabra, pero Maria empezó a notar que la parte que más le agradaba del día eran aquellos momentos en la carretera llena de polvo, la sed, el cansancio, el sol en el cenit, el niño andando de prisa, mientras ella se agotaba en el esfuerzo para seguirle el paso.

La escena se repitió durante varios meses; Maria, que detestaba estudiar y no tenía otra distracción en la vida que la televi-sión, empezó a desear que el día pasase rápido, esperando con ansiedad volver al colegio y, al contrario que el resto de las niñas de su edad, pensando que los fines de semana eran aburridísimos. Como las horas de un crío son mucho más largas que las de un adulto, ella sufría mucho, los días se le hacían demasiado largos porque solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él, imaginando lo maravilloso que sería si pudiesen charlar.

Entonces sucedió.

Una mañana, el chico se acercó hasta ella, para pedirle un lápiz prestado. Maria no respondió, mostró un cierto aire de irritación por aquel abordaje inesperado, y apresuró el paso. Se había quedado petrificada de miedo al verlo andar hacia ella, sentía pavor de que supiese cuánto lo amaba, cuánto lo esperaba, cómo soñaba con coger su mano, pasar por delante del portal de la escuela y seguir la carretera hasta el final, donde, según decían, había una gran ciudad, personajes de la tele, artistas, coches, muchos cines y un sinfín de cosas buenas que hacer.

Durante el resto del día no consiguió concentrarse en la clase, sufriendo por su comportamiento absurdo, pero al mismo tiempo aliviada, porque sabía que él también se había fijado en ella y que el lápiz no era más que un pretexto para iniciar una conversación, pues cuando se acercó ella notó que llevaba un bolígrafo en el bolsillo. Esperó a la próxima vez y durante aquella noche, y las noches siguientes, empezó a imaginar las muchas respuestas que le daría, hasta encontrar la manera oportuna de comenzar una historia que no terminase jamás.

Pero no hubo próxima vez; aunque seguían yendo juntos al colegio, algunas veces Maria varios pasos por delante con un lápiz en su mano derecha, otras, andando detrás para poder contemplarlo con ternura, él no volvió a dirigirle la palabra, y ella tuvo que contentarse con amar y sufrir en silencio hasta el final del curso.

Durante las interminables vacaciones que siguieron, Maria se despertó una mañana con las piernas bañadas en sangre y pensó que iba a morir. Decidió dejarle una carta diciéndole que él había sido el gran amor de su vida y planeó internarse en la selva para ser devorada por alguno de los dos animales salvajes que atemorizaban a los campesinos de la región: el hombre lobo o la mula sin cabeza. Así, sus padres no sufrirían con su muerte, pues los pobres mantienen siempre la esperanza independientemente de las tragedias que siempre les suceden. Pensarían que había sido raptada por una familia rica y sin hijos, pero que tal vez volvería un día, en el futuro, llena de gloria y de dinero; mientras, el actual (y eterno) amor de su vida se acordaría de ella para siempre, sufriendo todas las mañanas por no haber vuelto a dirigirle la palabra.

No llegó a escribir la carta, porque su madre entró en el cuarto, vio las sábanas rojas, sonrió y dijo: «Ya eres una mujer, hija mía.»

Maria quiso saber qué relación había entre ser mujer y el hecho de sangrar, pero su madre no supo explicárselo, simplemente afirmó que era normal y que de ahora en adelante tendría que usar una especie de almohada de muñeca entre las piernas, durante cuatro o cinco días al mes. Luego preguntó si los hombres usaban algún tubo para evitar que la sangre les corriese por los pantalones, pero se enteró de que eso sólo les ocurría a las mujeres.

Maria se quejó a Dios, pero acabó acostumbrándose a la menstruación. Sin embargo, no conseguía acostumbrarse a la ausencia del niño y no dejaba de recriminarse por la actitud estúpida de huir de aquello que más deseaba. Un día, antes de empezar las clases, fue hasta la única iglesia de su ciudad y juró ante la imagen de San Antonio que tomaría la iniciativa de hablar con él.

Once Minutos. Copyright © by Paulo Coelho . Reprinted by permission of HarperCollins Publishers, Inc. All rights reserved. Available now wherever books are sold.

What People are Saying About This

"Perverso y sublime. Lejos de ser moralista, Paulo Coelho narra las peripecias de Maria con un inmenso cuidado, usando un lenguaje claro."
O Globo, Brazil.

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