Primero es Basilea, en los años cuarenta. Albert Hofmann está llevando a cabo ensayos clínicos con su última creación, el ácido lisérgico, el LSD, un compuesto químico destinado a poner bocabajo el mundo de la cultura. Después es Harvard, a comienzos de los sesenta. Fitzhugh Loney, estudiante de psicología, y su mujer Joanie, jóvenes padres de un adolescente, Corey, están invitados a la fiesta que da Timothy Leary, renombrado psicólogo y entusiasta de las drogas psicodélicas. Allí tendrán su primer contacto con el LSD, que supondrá el inicio de un prodigioso viaje. Un recorrido que empieza en un campus de Cambridge, donde Leary conduce unos experimentos cada vez menos científicos, que asemejan una búsqueda mística en pos de los límites de la mente. Así, lo que en un primer momento son dinámicas de grupo, acaba convirtiéndose en el inicio de una vida comunal, una convivencia con los devotos de Leary, que pasa por México y acabará en una mansión en el estado de Nueva York, donde tendrá lugar una última experiencia tan terrible como hermosa.
In 1943, LSD is synthesized in Basel. Two decades later, a coterie of grad students at Harvard are gradually drawn into the inner circle of renowned psychologist and psychedelic drug enthusiast Timothy Leary. Fitzhugh Loney, a psychology Ph.D. student and his wife, Joanie, become entranced by the drug’s possibilities such that their “research” becomes less a matter of clinical trials and academic papers and instead turns into a free-wheeling exploration of mind expansion, group dynamics, and communal living. With his trademark humor and pathos, Boyle moves us through the Loneys’ initiation at one of Leary’s parties to his notorious summer seminars in Zihuatanejo until the Loneys’ eventual expulsion from Harvard and their introduction to a communal arrangement of thirty devotees—students, wives, and children—living together in a sixty-four room mansion and devoting themselves to all kinds of experimentation and questioning.