Al contrario de lo que mucha gente piensa, Kate Garfield y Anderson Walker no son codependientes. ¿Compartir coche para ir y volver de los ensayos del teatro? Es bueno para el medioambiente. ¿Consultar con el otro cada pequeña decisión que toman? Buen juicio. ¿Suspirar por los mismos chicos? Compartir crush es mucho más divertido. Pero cuando el chico por el que ambos estaban colados aparece en su escuela, todo se sale del guion. Matt Olson tiene talento y es muy dulce, y a Kate le gusta. Le gusta mucho. ¿El único problema? Que también le gusta a Anderson. Por lo visto, que te guste la misma persona que a tu mejor amigo no es tan divertido cuando hay sentimientos reales de por medio. Quizá incluso puede ser la razón por la que se baje el telón de la amistad entre Kate y Anderson.
Contrary to popular belief, best friends Kate Garfield and Anderson Walker are not codependent. Carpooling to and from theater rehearsals? Environmentally sound and efficient. Consulting each other on every single life decision? Basic good judgment. Pining for the same guys from afar? Shared crushes are more fun anyway. But when Kate and Andy’s latest long-distance crush shows up at their school, everything goes off-script. Matt Olsson is talented and sweet, and Kate likes him. She really likes him. The only problem? So does Anderson. Turns out, communal crushes aren’t so fun when real feelings are involved. This one might even bring the curtains down on Kate and Anderson’s friendship.
